Morir de amor
Un anciano de 84 años ha matado a su esposa de 83 años para después suicidarse. Relata el diario Heraldo de Aragón que la mujer llevaba sufriendo los diez últimos años de su vida diversas enfermedades.
Sinceramente, no sé que opinar.
Tal vez el hombre haya rebasado sus límites y cogido el camino más corto para terminar así con su sin vivir. Cansado ya de los cuidados eternos a su pareja, de las noches en vela, de su cuerpo gastado, de su morir por no morir.
Dicen los vecinos que realmente el hombre vivía para su mujer, que su vida giraba en torno a la de ella.
Pero, saben, lo que me gustaría pensar es otra cosa. Querría creer que este hombre compró dos billetes para un viaje planeado entre ambos, al cual, en principio, él no estaba invitado. Y que, sabiendo que seguiría en su morir por no morir, totalmente diferente, pero quizás más amargo, decidió no dejar escapar el tren, para una vez que pasa en la vida.
Sinceramente, no sé que opinar.
Tal vez el hombre haya rebasado sus límites y cogido el camino más corto para terminar así con su sin vivir. Cansado ya de los cuidados eternos a su pareja, de las noches en vela, de su cuerpo gastado, de su morir por no morir.
Dicen los vecinos que realmente el hombre vivía para su mujer, que su vida giraba en torno a la de ella.
Pero, saben, lo que me gustaría pensar es otra cosa. Querría creer que este hombre compró dos billetes para un viaje planeado entre ambos, al cual, en principio, él no estaba invitado. Y que, sabiendo que seguiría en su morir por no morir, totalmente diferente, pero quizás más amargo, decidió no dejar escapar el tren, para una vez que pasa en la vida.
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