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Andando, bajo un sol que la mirada

Andando, bajo un sol que la mirada

Andando, bajo un sol que la mirada
me ciega, caer veo
mi sangre con los sudores mezclada,
propios, sin saber pienso,
de un día como este.
De entre un nudo de dedos
mana, esta plaga roja
de hormigas, no tan locas,
dejando sin sentido al hormiguero,
quitándole la vida,
sentenciándolo a ser sólo agujero.

Son las hojas de mi otoño

Para mis hijos Yasmina y Aarón

Son las hojas de mi otoño
de las cosas que más quiero;
palpita mi corazón
deprisa, salta contento
al descubrir, a mi paso,
un rincón con manto nuevo,
de bellas hojas caídas
que me dejan ver el cielo.
Y sigo andando, pues siento
ahora más firme el sendero.
Algo mágico sucede
cada día que las veo,
¿cómo pueden darme abrigo
desde la altura del suelo?
Me alegran, me traen dulzura,
también bonitos recuerdos
de otras tardes ya lejanas
de inolvidables paseos.
Qué nostalgia al recordar
aquellos tiernos momentos.
Mas camino bien tranquilo,
sabiendo que aquellos tiempos
quedan para mi grabados
y los buenos serán estos.

No preciso en mi defensa oración

No preciso en mi defensa oración
alguna, ni del diablo me guarde
angel de Dios, mi alma entregué esta tarde
a cambio de un guiño. En mi corazón

ya sellado, por siempre una ilusión
vivirá, ¡quedatelo! No es alarde
ni farol, en tus manos verás que arde,
entenderás el quizás, la emoción.

Mal destino en tu viaje has buscado,
compañero en otros días has sido,
viejo amigo, vecino a mi pegado.

Tarde, tarde te digo que has venido,
tarde, te dice un hombre enamorado
tarde, muy tarde, mi alma ya ha partido.

Nada bueno ha tenido

Nada bueno ha tenido
que pasar, en tu paso
por la vida de otros.
Si mides la distancia con el tiempo,
y preguntas, ¿qué será de nosotros?
Nada bueno, eso seguro, ha ocurrido.

Encuentro en mis cachivaches

Encuentro en mis cachivaches
tu figura perfumada,
entre trapos mal olientes
sucios de dolor y rabia.
Con paciencia, voy limando
tu recuerdo, tu sonrisa
sangre para mí, y tus ojos
en vez de mirar, decían
que me amabas entre lloros
conscientes de que partías.
Ya nunca más vi ese rostro.
Perdida desde aquel día,
nunca saliste del pozo.

Del amor y otras mentiras

Del amor y otras mentiras
prometo, mi niña, hablarte
otro día más oscuro
para ti, más adelante.
Hoy te ofrezco miel a cambio
de besos y acariciarte.
Y, si quieres, despertar
junto a mi y despertarme
con nuevos besos y frases
en mi oído susurrantes.
Dulce lengua sin censura
que hace que hierva mi sangre,
me regresa de mis sueños
para ser de nuevo amantes.
Después, ya sola en tu alcoba,
te quedarán los detalles,
muchos besos en el aire,
la promesa de llamarte.
Y, sola, tú entenderás
la verdad, en un instante,
del amor y otras mentiras
al leer este romance.

A tu lado, la más bella flor

A tu lado, la más bella flor

Para Fátima por el día de la madre.

A tu lado, la más bella flor
es un simple tallo con hojas.

Disfruto mi libertad

Disfruto mi libertad,
dueño soy de mi destino,
es medio mi voluntad,
nunca, el fin de mi camino.

Qué me está pasando

Estoy empezando a ver cosas, que no quiero ver en mi vida. Soy un ciudadano tranquilo, no conflictivo, que paga sus impuestos como el mejor. Tengo mis derechos, pardiez. Y exijo que se cumplan.
Me molesta ver, cada mañana, a un señor, durmiendo entre cartones, en un recodo del local vacío de al lado de mi casa.
Enterarme, de pronto, que en España hay gente que realmente lo pasa mal. Que me expliquen cómo se ha llegado a esta situación si la semana pasada lo del tsunami ya estaba controlado y quedaba solo por arreglar lo del hambre en Africa.
Se me queda grande el ver cómo una comunidad se convierte en país. Me jode que me tachen de facha por querer ser español y que me llamen nacionalista por sentirme maño, esto se me escapa, de verdad.
Leer en la prensa que la obra del AVE se acaba en el 2007 y sonarme a cachondeo.
Me da miedo el pensar que puede haber algo raro en el tiroteo a la periodista italiana.

Por todo esto y mucho más, ¡pero mucho!, les pido que me devuelvan a matrix. Que cambio el color de la pastilla, que me bajo del coche porque sé dónde acaba el camino. De verdad, no quiero vivir la realidad que estoy descubriendo, prefiero su mentira. Porque estaría obligado a intentar hacer algo, a tratar de cambiar ciertas cosas como haría cualquiera en mi lugar. Si, somos buenas personas, pero nos manipulan. La culpa no es nuestra.

Súbanme la dosis de fútbol o de tetudas por la noche o de gilipollas diciendo chorradas a media tarde o declaren gran hermano de interés nacional. Yo no lo sé, la solución es suya. Ustedes gobiernen que yo me limitaré a seguir viviendo. Pero dense prisa porque me estoy despertando.

Morir de amor

Un anciano de 84 años ha matado a su esposa de 83 años para después suicidarse. Relata el diario Heraldo de Aragón que la mujer llevaba sufriendo los diez últimos años de su vida diversas enfermedades.
Sinceramente, no sé que opinar.
Tal vez el hombre haya rebasado sus límites y cogido el camino más corto para terminar así con su sin vivir. Cansado ya de los cuidados eternos a su pareja, de las noches en vela, de su cuerpo gastado, de su morir por no morir.
Dicen los vecinos que realmente el hombre vivía para su mujer, que su vida giraba en torno a la de ella.
Pero, saben, lo que me gustaría pensar es otra cosa. Querría creer que este hombre compró dos billetes para un viaje planeado entre ambos, al cual, en principio, él no estaba invitado. Y que, sabiendo que seguiría en su morir por no morir, totalmente diferente, pero quizás más amargo, decidió no dejar escapar el tren, para una vez que pasa en la vida.

Llamen a la Guardia Civil

De 6 meses a 3 años de cárcel por un delito de malos tratos a niños. Yo, la verdad, es que alucino.
La comunidad tiene potestad para decidir si retira o no la tutela a los padres sentenciados por este delito. Vamos, no se corten, alucinen también conmigo.
Así está la ley aquí en mi tierra. Desconozco si es igual de "dura" en toda España pero imagino que, en caso de ser diferente no lo será tanto como para hacerme dejar de alucinar.
La última barbarie de la que he tenido constancia, y seguro me entero de las menos, la he leído hoy en Heraldo de Aragón: Un hijo de puta muele a palos a un niño porque le sale de los cojones, rezaba el titular. Al menos, eso es lo que me ha parecido que ponía.
Aunque quizás no fuera para tanto, ya que el artículo añadía que la madre no hizo nada para evitarlo, quizás era una reprimenda por no haber cumplido sus obligaciones. Pues no quiero ver al cabronazo el día que se levante con el pie izquierdo.
O igual si que quisiera verlo. A lo mejor no me cambiaría de acera si me lo encontrara un mal día. No para nada serio, simplemente para regañarle por lo que ha hecho, para intentar hacerle ver que me parece que se había pasado un poco.
Porque ahí quedaría todo. No creo que yo fuera capaz de machacarlo de tal manera para hacerle sentir miedo de verdad nada más que me viera a lo lejos, para que se meara encima cuando yo alzara la voz, para ver su expresión de acojonado cuando me acercara hacia él, para alimentar mi ego a la par que él va perdiendo su autoestima y para, dentro de unos años, posiblemente, enorgullecerme de ver como se ha convertido en alguien como yo.
Ya les digo, no creo que fuera capaz. Pero por si acaso les pido que llamen a la Guardia Civil para que me detengan por un posible y futuro delito de agresión. Me parece que la pena por este delito está estipulada en dos cachetes, tres gritos y jurar por el niñito Jesús no volver ha hacerlo nunca más (y no vale cruzar los dedos mientras se jura).
Tal vez, si lo hiciera, me convertiría en un serio aspirante a cabronazo. Podría llegar ha caer tan bajo como él. Pero habría una pequeña diferencia, el hijo puta en cuestión tiene 44 años y dos manitas para defenderse. Porque atacar ya veo que sabe, manda huevos.

Vuela, mi triste mañana

Vuela, mi triste mañana,
tan alto que no te sienta,
ya no quiero poder verte,
muy lejos, que no te huela.
Marcha ya, mi sol del Este,
busca una nueva ribera,
alumbra con tus faroles
a quien sea que te quiera.
Y, en general, a los hombres
que pueblan en esta tierra,
distráelos de la noche
que ellos tan poco aprovechan.
Roba para mí la luna,
siempre mi fiel consejera,
mi compañera de insomnios,
mi luz, mi guía, mi escuela;
no es bien de todos, seguro,
por ella no se interesan.
Cada noche, firmemente,
la luna paciente espera
que, uno solo de los hombres
despierte a velar con ella,
a que le cuente pasiones,
amores, incluso guerras;
pero están todos durmiendo
y, al verte a ti, ni se acuerdan.
Vete, pues te lo suplico,
sal ya de mi luz eterna,
sin olvidar mi favor
de dar luz a mis tinieblas.
Que yo buscaré otros campos,
partiré de ésta galera,
haré mi propio velero
con la luna por bandera,
conquistando nuevos mundos,
cruzando nuevas fronteras.
Y encontraré ese jardín,
inspiración de poetas,
en el que, placidamente
quieto, esperaré mi vuelta.
Porque tornaré, seguro,
juro que vendré por ella,
contra todo pronóstico,
contra leyes de esta tierra
el día que, si Dios quiere,
eche en falta mi bandera.
Ese día será faro
para guiar a mi bella,
hasta mi barco velero,
rompiendo así sus cadenas.
Y tú te quedarás sola
iluminando la arena,
resplandeciendo paisajes,
dándole luz a mi aldea.
Mas, sabes, por ti lo siento,
ya no alumbrarás a Eva.

Que pequeña es mi ventana

Que pequeña es mi ventana

Me doy cuenta, en mi butaca,
que pequeña es mi ventana,
porque mis ojos no alcanzan
a ver todo lo que pasa.
Bien protegida la tengo
con una hermosa persiana,
de buena madera, fuerte,
que nunca jamás se atasca.
Que lindos son los cristales,
el frío y el agua paran,
moscas y malos olores,
el ruido de las mañanas.
A veces, el cierzo azota
fuertemente a mi persiana,
y redoblan los cristales
como en la Semana Santa.
Que bonitas las cortinas,
que bien quedan en mi casa,
están hechas a medida.
¡Justas para mi ventana!